
Hoy les traigo una de las bodas que más ganas tenía de hacer. Una BODA DE ALTURA. Si, porque se celebró en el Parque Nacional del Teide. Parque que ocupa la zona más alta de la isla, a más de 2500 metros de altura. Rodeado de unas vistas que no te dejan pestañear. Es el tercer parque más antiguo de España, y desde 2007 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En él se encuentra el Teide, impresionante, imponente, con sus 3718 metros de altitud, es el pico más alto de España y tercer volcán más grande del mundo desde el lecho oceánico hasta su cumbre. Con este escenario, celebrar una boda aquí, créanme, es todo un lujo para cualquier fotógrafo de bodas.
Cuando supe que Sara y Héctor se casaban aquí, la alegría fue tremenda, ya que se habían celebrado muy pocas bodas. Todo se desarrollo en los alrededores del Parador de las Cañadas del Teide, una casona de montaña mimetizada en el paisaje, con impresionantes vistas, con el padre Teide, adornando la ceremonia en todo momento.
No sé que tienen estos chicos, pero llegaron a emocionarme con su historia de amor. No es el tópico típico, lo juro, una historia de las de película, también con sus partes tristes, pero que al final, y gracias a estos momentos no tan buenos, han llegado a conocerse y crear algo tan bonito como el amor que proyectan juntos. De verdad, los quiero.
Sara llevaba un impresionante vestido hecho a mano de la diseñadora australiana Anna Campbell. Una artista, con base en Melbourne, Australia, donde confecciona en un taller cada vestido. el peinado fue llevado a cabo por Alexis de J-Peluqueros. Héctor, eligió, un traje de Silbon, más moderno y personal. El ramo fue una de las sorpresas, ya que no conocía el trabajo de Floristería Flor de Mundo, en el Puerto de la Cruz. Y como no, todo preparado y dirigido por Cecilia, Carolina y Juanjo de Dulce Compañía. Era la primera vez que compartíamos una boda juntos, y seguro que no será la última. Todo bien atado, organizado, y sobretodo con mucho cariño. Espectacular trabajo chicos.
Y también quería nombrar de manera especial a Elisabetta Marzetti, por venir a compartir una boda conmigo desde Italia. Un placer enorme el haber compartido estos días en la isla contigo. Sé que pronto nos volveremos a ver… ;) PD: aún tengo empacho de yogures.
No me enredo más, que prefiero que vean las fotos.